El guarda jurado y las montañas de plástico

Esta mañana camino de Roquetas, cruzando por el interior para cortar camino y metido de lleno en los “mares de plástico” donde llevo incontables años pasando, hay una empresa que se dedica a reciclar plásticos de los invernaderos ( ¡ que no son pocos ! ) . Es un sitio que cada vez que paso me entran ganas de pararme, para admirar de cerca las montañas de polímeros perfectamente ordenados por colores, plásticos blancos por un lado, negros por otro y multicolores por otro..( Más o menos pasa lo mismo por la zona, pero en vez de ser con plásticos es con personas!! ).
Esta mañana intencionadamente llevaba en el maletero, mi canon (la buena) aparqué el coche en la misma puerta de la fábrica y empecé a ¡¡disparar!! ,al comprobar que nadie me llamaba la atención, pasé una valla ( levantada , ¡ se entiende ¡ ) y cuando me estaba acercando a mis adorables montañas de plásticos para realizar lo que tantos años estaba deseando, se acerco por detrás un guarda jurado, de los de verdad ,lógicamente con cara de pocos amigos, y advirtiéndome que aquí no se podía estar y menos realizando fotografías , seguro que me confundió con un ecologista . Cuando le comenté que lo único que me interesaba de los desechos eran las texturas y colores para hacer un posible mural decorativo… bla bla bla …me miró con cara de susto y me dio un par de minutos para que cumpliera mi “antojo fotográfico “. A los cinco minutos volvió a por mí, pero ya con otra cara, expresándome que sus jefes estaban mosqueados doblemente ¡!!! Conmigo y con él y que ¡ya estaba bien por hoy!!!
En ese momento para calmar un poco la situación lo único que yo tenía para identificarme como persona no sospechosa era una tarjeta mía que juraba que yo era interiorista y no ecologista, aparte de mi palabra de regalarles algunas de las fotografías realizadas y entregarselas la próxima vez que pase por esta fábrica de reciclaje ( la semana que viene)
Aquí os dejo algunas de las instantáneas con olor a plásticos y otras cosas